Francisco Álvarez Velasco: “En poesía hay que empezar por no tener proyectos concretos. Suelen salir mal”

Tras el poeta Francisco Álvarez Velasco (Cimanes del Tejar -León-, 1940) hay una amplia y respetada obra: Tiempo de maldición, Madrid, Taranto, 1979; «En el nombre del árbol» (en el colectivo Libro del bosque), Gijón, 1984; «Tierra» (en el colectivo TetrAgonía), Gijón, Ateneo Obrero, 1986; Del viejísimo jugo de la tierra, Ateneo Obrero, 1988; La hiedra del silencio, Madrid, Cuadernos de Cántiga, 1993; Noche, Madrid, 2005, Editorial Hiperión (IX Premio Internacional de Poesía Antonio Machado en Baeza y Premio de la Crítica de Asturias en 2006); Las aguas silenciosas, Gijón, Ediciones Trea, 2007; La Luna tiene una liebre / La Lluna tien una llebre, Oviedo, Pintar-Pintar, 2009 (versiones en castellano y en asturiano); Memoria de la sombra,  Cáceres, “El Brocense”, 2010; y, el reciente, El libro de las vocales / El llibru de les vocales, Gijón, Impronta, 2013. Tanto es así que diversos poemas suyos han sido traducidos al portugués, italiano, o al francés. Fa Claes, por ejemplo, ha hecho una versión al holandés de La hiedra del silencio (De klimop van de stilte, 2005) y de Las aguas silenciosas (Het stille water, 2009). Y su faceta como columnista literario le valió en 2007 el Premio de la Crítica de Asturias. Pero tras él también está una muy interesante página web dedicada a recopilar y difundir la obra de muchos poetas, así como dar cuenta y promocionar las distintas actividades literarias que tienen lugar en Asturias a lo largo del año. Un recomendable archivo que alimenta con mimo este orfebre de palabras quien nos presenta su último poemario, dedicado al público infantil, titulado El llibru de les vocales.

 

Si me permites, Paco, empezamos por el final. El texto“Un sonetu en cinco colores” abre con una cita de Arthur Rimbaud y, de alguna forma, remite a su“Soneto de las vocales”. ¿Hasta qué punto se podría decir que este poema inspira este libro?

Si no lo inspira, al menos, da pie al libro. Pero no es el soneto completo el inspirador, sino un solo verso, el que me sirve de epígrafe para ese poema final: A noir, E blanc, I rouge, U vert, O bleu: Voyelles: Mi primer homenaje a ese soneto ya estaba en Internet en los primeros meses de Portal de Poesía: http://www.portaldepoesia.com/soneto.htm. El poema del Rimbaud despertó mi curiosidad por el tratamiento simbólico de las letras en poesía. De ahí llegué al “letrismo” del rumano Isidore Isou y otros vanguardistas, al soneto de catorce monosílabos de César Vallejo “El dolor de las cinco vocales”; a las letras capitales de los miniaturistas medievales, a las del Diccionario de Autoridades… Este por ejemplo, dice de la vocal A: “En el orden es la primera porque es la que la naturaleza enseña al hombre desde el punto de nacer para denotar el llanto, que es la primera señal que da de haber nacido y aunque también la pronuncia la hembra, no es con la claridad que el varón, y su sonido (como lo acredita la experiencia) tira más a la E que a la A, en que parece dan a entender que entran en el mundo lamentándose de sus primeros padres, Adán y Eva.” Esta última muestra sobra para indicar la rica cantera poética que puede encontrarse en solo cinco letras o fonemas.

No es la primera vez que escribes un volumen para el público infantil, ya que en 2009 publicabas con la editorial Pintar-Pintar La Luna tiene una liebre / La Lluna tien una llebre. ¿Qué te impulsó a componer este nuevo poemario inspirado en las vocales?

El impulso en los dos libros viene de la condición de abuelo y, por tanto, viene generado por el nieto, en este caso, por la nieta, Luna. Los niños en su primera infancia empiezan a descubrir el mundo embelesados ante cualquier hallazgo. Mi nieta me señalaba ya antes de sus dos años, a orillas del Mediterráneo, apuntando hacia el cielo con su dedo, la belleza de una Luna en plenilunio. A partir de ahí surgió el proyecto de explicar a los niños algo de nuestro satélite: por ejemplo, las manchas de la luna. Así nació uno de los motivos que dio lugar a la La Luna tiene una liebre. En el caso del El libro de las vocales, también la nieta fue el motivo más inmediato para su escritura. Muy pronto empezó a interesarse por el misterio de la escritura y de la lectura: – “Abuelo, ¿qué dice aquí?” era su persistente pregunta ante los cuentos y poemas que se le leían, ante los rótulos de calles y de poblaciones… ¿Y qué mejor ayuda que empezar por un libro con las vocales que sirva para jugar, para cantar, para alimentar la imaginación…?

En El llibru de les vocales se recogen los frutos de una literatura tradicional muy rica, que a mí me llegó en los filandones y largas veladas de invierno”

Más allá de los fenómenos de propios evolución fonética que padecen las vocales, ¿consideras que es necesario reivindicarlas, en parte por la tendencia actual a utilizar métodos abreviados de escritura que llegan a hacerlas desaparecer completamente?

Sé que la economía lingüística impone sus leyes en el uso del lenguaje y, especialmente, en el escrito, y más si se trata de las comunicaciones en las redes sociales y en el uso de los teléfonos móviles: sms, whatsapp, tweets… También sé que, para abreviar el mensaje escrito, es más lógico prescindir de las vocales, que solo son cinco. Se está produciendo una suerte de estenotipia, que ya tiene hasta sus diccionarios. Algunos ejemplos: KKS / XQ / Tpc /Sk / Bn / a2 / b7s / ns vms mñn / NT1D / jdt / tkm. Si estos mensajes los llevamos a “román paladino”, reponiendo las vocales, el resultado es: Qué quieres / Porque / Tampoco / Es que / Bien / Adiós/ B7s: Besitos / Nos vemos mañana / No tengo un duro/ Jódete / Te quiero mucho. Más que ahorro de tiempo en la comunicación, que no es tanto, la consecuencia es el caos en la comunicación.

Los textos de El llibru de les vocales remiten a las canciones populares, algunas de cuna, o formas tradicionales. ¿Es además un homenaje a aquellas primeras canciones y textos escuchados en la infancia?

Más que homenaje, tal vez sea cosecha, porque se recogen los frutos de una literatura tradicional muy rica, que a mí me llegó en los filandones y largas veladas de invierno. Aparte de la tradición oral, está presente en el libro cierta intertextualidad: “el anillito de plomo” (García Lorca), “arrojarlos a la arena / vivos los peces del mar” (Antonio Machado), el nombre de la vaca Cordera (Clarín), Clavileño (El Quijote), el rey Ubú (Alfred Jarry) y, por supuesto, Voyelles de Rimbaud.

¿Consideras, como hacen algunos expertos, que la poesía es una natural en los niños porque la experimentan ya desde las canciones de cuna?

Al menos en lo que la poesía tiene de secuencias de sonidos sometidos a una medida y un ritmo. El bebé llega al mundo desde su paraíso uterino donde los latidos rítmicos del corazón de la madre necesariamente debieron de condicionarle y prepararle para ser seducido por cualquier composición estética de sonidos.

Las posibilidades que permite la métrica, la rima y los juegos de palabras, la hacen más accesible y fácil de recordar por parte de los más pequeños. Y lo cierto es que lo es hasta tal punto que, con frecuencia, se recuerdan mejor aquellas lecturas o escuchas primeras que mucho de lo leído en la edad adulta. ¿Qué lecturas, poemas o canciones dirías que marcaron tu infancia?

Lecturas en mi infancia, muy pocas: en mi casa no había más libros que algunos de la colección “Cuentos de Calleja”; y en la escuela eran muy escasos. Ya he dicho antes que fue la literatura de trasmisión oral fue la que me marcó: romances viejos, romances de ciego, coplas… Pronto me supe de memoria el “Romance de la loba parda”, “Conde Olinos”, “La blanca niña”, “Agadina”, “Las huestes de Don Rodrigo”, “En santa Gadea de Burgos”…

Cargados de metáforas y divertidos, en estos poemas llegas incluso a hacer hablar a las propias vocales. ¿Escribirlo estuvo más cerca del juego divertido que de la dificultad, o realmente es complejo alcanzar ese grado de aparente sencillez e imaginación?

Complejo y difícil, en cuanto que la poesía es un producto estético y por ello exige primero inspiración y luego, depuración. Respecto a la sencillez, estoy con Blas de Otero: no se puede escribir como se habla; pero tampoco se debe escribir como no se habla.

la poesía es un producto estético y por ello exige primero inspiración y luego, depuración”

Es importante también destacar las bondades del diseño de este libro que, por un lado remite a los viejos cuadernos, pero, por otro, esta cuidadosamente ilustrado usando todo tipo de técnicas. Hacerlo visualmente atractivo también es necesario, ¿no?

Indudablemente. Es un guiño que el libro debe hacer al lector para seducirlo y para que dé el primer paso, que es entrar en las páginas antes de leerlas. La ilustradora y editora, Marina Lobo, con mucha dedicación y su mejor y reconocido oficio, ha conseguido lo que cualquier escritor desearía para las ilustraciones de su texto: imágenes que lo acompañen, sin esconderlo, y lo complementen; y al mismo tiempo que sean sugerentes para que no agoten y cierren la imaginación del lector.

Paco, eres un ávido lector, gran conocedor y divulgador de la poesía. ¿Crees que es fundamental no descuidar las primeras lecturas de los más pequeños y que, lo aprendido, sentido y disfrutado en esos años será decisorio con respecto a la actitud que tendrán en el futuro con respecto a la literatura?

Cuando aún son analfabetos, alguien debe leerles; luego, acompañarles en la lectura; más tarde llegará el tiempo de la lectura en soledad acompañada de imágenes; finalmente, sin ellas.

Más allá de tu recomendable obra, haces una gran labor de difusión de la poesía a través de la página web www.portaldepoesía.com. Cuéntanos cómo surgió la idea de poner en marcha este proyecto que hoy se puede decir que, además de ser una gran biblioteca, cumple funciones de agenda de actividades literarias en Asturias.

Ese portal fue fruto de un año sabático en el que había que desarrollar alguna actividad de investigación o de formación fuera del aula. Me matriculé en un curso de informática educativa que impartía la UNED. Entonces en los centros escolares no había casi ordenadores. Al final del curso nos exigían realizar una página web. Así surgió el Portal de poesía, inicialmente un puro ejercicio, que, al tomarlo en serio, fue creciendo y exigiendo una permanente dedicación.

Al igual que sucedió con La lluna tien una llebre, ¿veremos pronto la versión en castellano de este Llibru de les vocales o estás trabajando ya en un nuevo poemario?

La versión castellana ya está en las librerías. Y ¿un nuevo poemario? En poesía hay que empezar por no tener proyectos concretos. Suelen salir mal. Y aquí las prisas sí que son malas consejeras. Soy de escritura muy lenta. Por ahí hay algunos poemas, a veces solo apuntes que no pasan de ser versos. Cuando se van sumando para formar un corpus suficiente, entonces se puede empezar a pensar en un proyecto de libro.

 

(10 de diciembre de 2013)

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Sobre el autor

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