Leticia Sánchez Ruiz: “’La biblioteca de Max Ventura’ es una novela de intriga sobre el mundo de los escritores, el laberinto de las bibliotecas y el misterio de los libros”

La premiada escritora asturiana Leticia Sánchez Ruiz (Oviedo, 1980) presenta su nueva novela La biblioteca de Max Ventura, publicada por la editorial Pez de Plata. Tras Los libros luciérnaga‘, El Gran Juego y Cuando es invierno en el mar del Norte, Sánchez Ruiz nos propone una peripecia literaria que se lee como una novela de misterio y reflexiona al mismo tiempo sobre los avatares del oficio de escribir y la pasión por leer. Y todo ello bajo el secretismo que siempre ha rodeado la figura de la enigmática protagonista: Julia Tompson.

 

¿Cómo se le ocurre su novela?¿Cuál es el origen de La biblioteca de Max Ventura?

Una noche estaba en la cama, medio dormida, escuchando la radio. Hablaban sobre una novela de un autor francés que trataba de un hombre que contrataba a una mujer para que fuera a su casa a ordenar su biblioteca. O, al menos, eso entendí yo, porque, al día siguiente, cuando fui a buscar ese libro, resultó que el verdadero argumento no tenía nada que ver con lo que yo creía haber escuchado. Como digo, estaba medio dormida, me quedé con el título y el autor, y el resto lo soñé. Me dio bastante rabia, porque verdaderamente me interesaba el tema: alguien a quien contratan para ordenar una biblioteca. ¿Cómo se ordena una biblioteca? ¿Por autores, por temas, alfabéticamente, por colecciones? ¿O tal vez por razones más arbitrarias? Si una biblioteca es como una huella dactilar de su propietario, ¿acaso el orden en que la disponga no impone, también, una cierta visión del mundo? Sí, me hubiera gustado leer un libro que tratara todo esto. Por lo tanto, mi siguiente pensamiento fue muy obvio: ¿y por qué no lo escribo yo?

una biblioteca es como una huella dactilar de su propietario

Julia Tompson es sin duda un gran personaje destinado a perdurar, ¿cuáles son sus influencias a la hora de crearlo?

Julia Tompson es una escritora que se esconde, que no quiere aparecer en los medios ni hacer vida pública, que guarda celosamente su privacidad, como Salinger o Pynchon. Cree que las casualidades son importantes, como los surrealistas. Tiene entrevisiones, como Julio Cortázar. Cuando está bloqueada, utiliza unos métodos para desbloquearse muy parecidos a los que usaba Barbara Tuchman. Los libros que escribe son una especie de amalgama de los de Roberto Bolaño, Julian Barnes y Cristina Fernández Cubas. Julia Tompson es una mezcla de muchos escritores pero, a la vez, está repleta de detalles que la convierten en una escritora única.

Hablemos de los escenarios de sus novelas, que siempre son ambiguos y al mismo tiempo transparentes, ¿en qué lugar nos vamos a encontrar en La biblioteca de Max Ventura?

La ciudad de Max Ventura es, a la vez, tan española como británica, tan moderna como antigua. Muy parecida a Bilbao, en el caso de que Bilbao no existiera y me lo hubiese inventado yo. El color que quería que tuviera la novela, y que la portada refleja, es el de una habitación en la que enciendes una lamparita para leer por la noche. Esa luz difusa, cálida e íntima que propicia que la realidad se mezcle con la ficción.

Otros personajes son el ayudante de Max Ventura, Eduardo; el amigo de Tompson, Arturo C. Dola y, por supuesto, su pareja, Alfredo. ¿Nos puede adelantar algo de ellos?

Eduardo es el joven aprendiz, pelirrojo y perplejo, que Tompson no quiere, pero tendrá. Arturo C. Dola es un escritor de novelas de misterio, médico y amante del espiritismo, que con su estrambótico humor y sus supuestas dotes de detective ayudará a Julia Tompson en su búsqueda. Y Alfredo, efectivamente, es la pareja de Tompson. Se habla mucho de las esposas de los escritores, éstas casi son un género en sí, las mujeres en la sombra “tras el gran hombre” (Sonia Tolstoi, Vera Nabokov, Zenobia Camprubí…). Pues bien, Alfredo es el hombre en la sombra, el marido de la escritora, siempre un Watson, un Viernes, un Sancho, corriendo detrás del ama loca a la que sirve: a Julia Tompson.

¿Qué secreto esconde la biblioteca de Max Ventura? ¿Quién es el hombre que da título a la novela?

Max Ventura pone un anuncio solicitando a alguien que pueda ordenar su biblioteca privada y, justo después de hacerlo, desaparece. Julia Tompson llegará a una casa con centenares de libros, sin relación entre sí, cuyo dueño ha desaparecido. Durante toda la novela, Tompson tratará de encontrar el orden secreto que esconden esos libros y de hallar dónde está Ventura.

¿Qué novelas sobre bibliotecas le han influenciado más a la hora de escribirla?

No es que haya tenido que documentarme excesivamente para esta novela, porque en realidad me he pasado la vida haciéndolo; leer sobre escritores y bibliotecas es una de mis grandes debilidades. Pero, si tuviera que citar una novela, diría El nombre de la rosa de Umberto Eco (y también Apostillas a El nombre de la rosa, un librito en el que Eco explica cómo y por qué decidió hacer esta novela, y que me parece uno de los textos más luminosos sobre el oficio de escribir). Si tuviera que citar un cuento, diría La biblioteca de Babel, de Borges, y si tuviera que citar un ensayo, La biblioteca de noche, de Alberto Manguel.

leer sobre escritores y bibliotecas es una de mis grandes debilidades

¿Cuál es su relación con las bibliotecas? ¿Prefiere una buena biblioteca pública o coleccionar una privada como su personaje?

En mi casa, de niña, había libros, claro, pero no demasiados. Porque los dos grandes lectores de mi familia, mi padre y mi abuelo, eran fundamentalmente usuarios de biblioteca. A ellas me llevaban y en ellas crecí. De hecho, los libros preferidos de mi infancia, los compré ya de adulta; hasta entonces, los sacaba una y otra vez de la biblioteca. Ahora mi casa sí está repleta de libros, por todas partes, como si fueran a reventarla. Pero jamás he dejado de acudir a las bibliotecas públicas; en ellas se encuentra el universo.

¿Considera que su nueva novela es un thriller o una intriga en torno al mundo de los libros?

A mí los géneros me bailan mucho. Al escribir soy incapaz de centrarme en las reglas de ninguno o definir exactamente qué estoy haciendo. Aún no sé si esto es un defecto o una virtud. Pero sí, podría decir que La biblioteca de Max Ventura es una novela de intriga sobre el mundo de los escritores, el laberinto de las bibliotecas y el misterio de los libros.

Fragmentos de vidas de escritores atraviesan la obra, ¿es un libro para eruditos de la literatura?

En absoluto. Supongo que si conoces al escritor, apreciarás más la referencia, pero no es necesario. Julia Tompson suele hablar de la vida de los escritores como si contara anécdotas de sus parientes, como si sus tragedias también la afectaran o estuvieran hermanados por la sangre, por el destino, por algo que se hereda. Así hablo yo también de ellos, y de esta forma cuento la relación de Víctor Hugo con el espiritismo, la estrafalaria existencia de Ambrose Bierce o la peculiar forma en la que Richard Brautigan ordenaba sus libros. Y, sobre todo, la historia de escritores que, de una forma u otra, alguna vez desaparecieron.

¿Ordenaría su biblioteca como lo hace Tompson al final?

Intenté varias veces ordenar mi biblioteca de distintas maneras hasta que, finalmente, desistí. No pude encontrar la mejor forma de hacerlo. Mi biblioteca es el caos, libros por aquí y por allá sin ninguna clasificación. Pero resulta que este orden, es decir, ninguno, es el que más se ajusta a mí. Así, cuando tengo que ponerme a buscar un libro, recorro todas las estanterías, y encuentro otros libros que ni me acordaba que estaban ahí, o a los que llego por casualidad, y se convierten en el libro exacto que yo, sin saberlo, necesitaba leer en ese momento.

Y por último, ¿hay algo de Tompson en usted?

Tompson tiene muchos años más que yo, es muchísimo mejor escritora (de hecho, yo la admiro) y no estaría contestando a esta entrevista, porque no contesta casi ninguna. En algunas cosas somos totalmente contrarias, como en su obsesión por el orden y la limpieza o el modo esquivo en el que se relaciona con la gente. Pero sí que nos parecemos sospechosamente en el concepto que ambas tenemos de la literatura. Y también en que Tompson y yo jamás pensamos que la explicación más simple, a menudo, suele ser la acertada.

(29 de octubre de 2020)

 

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Sobre el autor

Red de Bibliotecas Públicas del Pdo. de Asturias