Los Clubes de Lectura Infantil de Vega-La Camocha y de Montiana: cómo conseguir mucho con muy poco

 

Acercar a los niños a la lectura, abrirles la puerta llena de luz de la fantasía, que los libros sean diversión y no obligación, convertir la biblioteca en refugio, casa y lugar de encuentro. Esta labor vital y titánica es la que desarrollan los Clubes de Lectura Infantil de las bibliotecas municipales de Vega-La Camocha y de Montiana. Estas dos bibliotecas de la zona rural de Gijón han sido las pioneras en realizar esta actividad en Asturias, gracias al enorme esfuerzo y dedicación de sus autoras: Vanessa Peña, apoyada por Verónica Delgado y por María José Fernández, llevan el club de Vega-La Camocha, mientras que en la biblioteca de Montiana es Verónica Fanjul, la encargada de la misma, la que también organiza y lleva el club.

Mediante juegos, teatros de papel, disfraces, concursos, películas, músicas y diversas actividades, las responsables de estos clubs de lectura logran que los más pequeños se diviertan, aprendan, hagan amigos, descubran todo lo que ofrece una biblioteca, y descubran el Kamishibai, un “lipdub”, un “marca-interrogantes” y el inacabable mundo que se abre ante el que lee.  

 

 

Las bibliotecas municipales de Vega-La Camocha y de Montiana, pertenecientes a la Red Municipal de Bibliotecas de Gijón -ambas localizadas en la zona rural del concejo-, tienen como uno de sus ejes fundamentales de trabajo la animación a la lectura, un trabajo edificante y necesario, pero a la vez tan lento y costoso como una labor de pico y pala.  Los Clubes de Lectura Infantil se enmarcan dentro de este programa de animación, y entre sus principios se encuentran objetivos tales como fomentar el hábito lector, potenciar en los niños el uso de la biblioteca, crear un lugar de encuentro para compartir experiencias y lecturas, potenciar la creatividad y la imaginación o mejorar el léxico y las formas de expresión a través de dinámicas grupales.

Las experiencias con los Clubs de Lectura Infantiles se remontan al año 2008, para el de Vega-La Camocha, y al 2010, para el de Montiana. Desde entonces, estos clubs se han ido convirtiendo en un espacio en el que se trabaja la lectura en todas sus dimensiones y soportes. El grupo de Vega-La Camocha suele estar formado por una docena de participantes y consta de sesiones semanales. En el caso de Montiana, sus ocho participantes se reúnen cada quince días. Ambos clubs están centrados en compartir el gusto por los libros a partir de diferentes dinámicas y con diversas actividades y técnicas: rondas de lectura, cuentacuentos, grabaciones de videos, trabajos plásticos, visionado de películas audiciones de obras de música clásica, y un largo etcétera.

¿Qué hace que los niños entre los 7 y los 12 años acudan sesión tras sesión a la biblioteca? Las organizadoras de estos clubs tienen clara la respuesta: se divierten, hacen amigos y aprenden cosas que les interesan. Los niños son un público difícil, y siempre hay que estar alerta para seguir sorprendiéndolos y motivándolos.

 

Club de Lectura Infantil de Vega-La Camocha, haciendo suya la biblioteca

Si nos atenemos a las características que definen el Club de Lectura Infantil de Vega- La Camocha, no es un club de lectura al uso. Los niños y niñas que lo integran no tienen que llevarse “deberes” a casa, ya que esto sería contraproducente, pues los más pequeños relacionarían esta actividad con el colegio y la obligación. El ocio, convertir la biblioteca en un lugar al que acudir para pasar un rato agradable y en buena compañía es el objetivo que prima en muchas ocasiones sobre el resto y el verdadero catalizador de la animación a la lectura. Año tras año, los niños que comienzan en el club, más por iniciativa paterna o materna que por propia y libre voluntad, se integran rápidamente, se convierten en usuarios de otros servicios bibliotecarios y hacen suya la biblioteca: sacan libros y discos en préstamo, a partir de los diez años se hacen usuarios habituales de la mediateca, acuden a hacer los deberes, traen a sus familiares…

El CLI de Vega-La Camocha es peculiar también en cuanto a los integrantes del mismo. A diferencia de los clubes de lectura de adultos, que suelen formar grupos de personas estables durante años, este club varía sus participantes cada curso. Como norma general, los chicos y chicas se mantienen dentro del grupo desde los siete un ocho años a los diez, pero los que sobrepasan esta edad se descuelgan, ya que sus intereses comienzan a ser otros y empiezan a distanciarse de los más pequeños. Por tanto, cada año el CLI se renueva con varias salidas y nuevas incorporaciones. Cada septiembre, el Club de Lectura Infantil debe empezar desde cero: la biblioteca hace campaña en el barrio, en el colegio, en la web, en Facebook… Cada año se forma un grupo distinto, con unas determinadas peculiaridades que guían en cierta medida las actividades que se programan en relación a la lectura, siendo en ocasiones más reflexivas, en ocasiones más dinámicas, y siempre intentando que se adapten a sus gustos y necesidades.

Por otra parte, la biblioteca hace partícipe al CLI de las festividades relacionadas con el libro: Día Internacional del Libro, Día del Libro Infantil, Día de la Biblioteca… Aunque también se festejan otras fechas importantes como Navidad o Carnaval. Para conmemorar estos días rojos del calendario, la biblioteca suele organizar alguna actividad especial, como el tradicional  homenaje a Hans Christian Andersen, bien disfrazándose de sus personajes y dramatizando adivinanzas sobre ellos, bien recreando uno de sus cuentos con la técnica del Kamishibai (una especie de teatro de papel). También hacen marcapáginas, participan en concursos literarios y organizados por otras bibliotecas de Asturias… y muchas actividades más.

A todo esto hay que añadir que también una parte importante de las actividades que realizan los niños y niñas del club tienen que ver con la formación de usuarios, ya que es importante dotar a los chicos de las herramientas y conocimientos necesarios para que se conviertan en usuarios autónomos de la biblioteca. Se les explican los pormenores de la clasificación y ordenación de los documentos, los servicios, secciones y espacios de la misma, las posibilidades que ésta ofrece, y también se les forma en la búsqueda documental y la búsqueda de información, a su nivel.

Este año el curso en el club comienza con toda una novedad: la elaboración de una especie de “lipdub” (un vídeo musical realizado por un grupo de personas que sincronizan sus labios, gestos y movimientos con una canción popular o cualquier otra fuente musical) en la que el CLI, y también otros niños y niñas del barrio que participan en un proyecto comunitario de Abierto Hasta el Amanecer, presenten la Biblioteca M. de Vega-La Camocha y muestren todos sus servicios. El resultado a buen seguro será fantástico y será colgado en Youtube, hemos de dejarles un tiempo para realizarlo y realizar la búsqueda al cabo de un tiempo. En el popular canal de videos nos han dejado ya alguna muestra de su trabajo, como este videoclip con una selección de lecturas de los niños y niñas del club y de sus familiares.

 

Club de Lectura Infantil de Montiana, el Gran Juego de los Libros

Como todo club de lectura que se precie, el infantil de Montiana se concibió y organizó en torno a un público con unas inquietudes culturales homogéneas y el gusto por la lectura, pero con la particularidad de tratarse de niños. Su nacimiento fue en abril del 2010, como consecuencia natural, de una experiencia piloto vinculada al Día del Libro Infantil realizada por el personal responsable del centro.

 

El club está integrado por ocho niñas, de edades comprendidas entre nueve y trece años, que se reúnen dos jueves al mes de 18’00 a 19’30 horas. El personal encargado de organizar las sesiones y dirigir la actividad es el mismo que se encarga de la biblioteca, pues al tratarse de un club reducido en número y estable, se presta a este tipo de sesiones.

Cada sesión se organiza en torno a una lectura realizada en privado. Para ello, las niñas se llevan un ejemplar en préstamo y un serie de seis preguntas sobre la lectura, todas distintas, que cada participante debe llevar cumplimentadas correctamente para la próxima sesión. Las preguntas versan sobre el autor, el nombre de los personajes, vocabulario… Dado que el formato de presentación de las preguntas es el de un marcapáginas, las niñas lo han bautizado con el sobrenombre de “marca-interrogantes”. Con esas preguntas y sus repuestas juegan a un particular Juego de La Oca, donde los ánades han sido sustituidas por libros y el “de oca a oca tiro por qué me toca” por “de libro a libro ya he saltado pero aún no he contestado. El resto de las casillas propias del juego ocultan preguntas o actividades vinculadas al tema tratado en la obra, al funcionamiento de la biblioteca, pasatiempos…. Y son realizadas por el personal encargado. El juego acaba cuando un participante llega a la meta, se establece el orden de clasificación de la sesión y en la general en su panel informativo.

La sesión finaliza con el reparto próximo título y su correspondiente “marca-interrogantes” y leyendo en voz alta entre todos el primer capítulo de la nueva lectura a modo de introducción, o bien se les recuerda que actividad está programada para la siguiente sesión: visionado de una película, de un corto, audición de una obra de música clásica, la realización de un actividad plástica…

 

La selección de lecturas está principalmente configurada por novela breve y cómic para las últimas sesiones del curso escolar, cuando el cansancio es más notorio a esas edades. Se empezó con la lectura de nueve títulos anuales, y para el curso 2012-2013 el club tiene previsto 9 novelas, 6 cómics, 7 películas, y 2cd de música clásica; en total 17 sesiones de CLI. Esta selección supone un trabajo extra por parte del responsable pues, no sólo deben cumplir con requisitos de calidad, sino que deben ser del interés de los participantes al que van destinados. Ésta es la gran diferencia con respecto a los clubes de lectura de adultos, pues si algo no le gusta a un niño, no repite, por muy avalada que sea la obra en cuestión.

Se consideró necesario un panel informativo donde figuraran las puntuaciones obtenidas en distintas sesiones por los participantes, las carátulas de las próximas lecturas, las actividades relacionadas a cada lectura, las fotos de las participantes en distintas celebraciones: la Navidad, carnaval, el Día del libro infantil, el Día de la biblioteca, caracterización de personajes favoritos de libros leídos… a fin de ser el escaparate hacia el resto de usuarios y potenciales integrantes en futuras ediciones.

 

Éste es el trabajo constante y concienzudo que se realiza en las bibliotecas de Vega-La Camocha y Montiana, donde todo ha de ser un juego, y también una enseñanza; un trabajo que no sólo busca que el niño que es se arme de fantasía, que abra las puertas a otros mundos y se llene de cosas, sino que pretende que el adulto que será continúe haciendo de esta forma su vida más ancha y que la biblioteca sea un lugar donde quedarse. Una labor parecida a sembrar unas pequeñas habichuelas mágicas de las que brotará una gran planta por la que subir hasta las nubes. Los clubes infantiles de Vega-La Camocha y de Montiana son dos ejemplos de cómo conseguir mucho con muy poco. Pocos medios, pero una gran dedicación.

 

(18 de octubre de 2012)

 

Otros artículos en esta sección...

Compartir

Sobre el autor

Red de Bibliotecas Públicas del Pdo. de Asturias