Ovidio Parades y ‘La noche se detiene’

 Ovidio Parades (Oviedo, 1971) presenta su tercera novela, La noche se detiene, publicada por Ediciones Trabe, una profunda reflexión sobre la amistad, el amor y el deseo. Sobre la vida y la muerte. Con la eutanasia como tema destacado. Y una canción de Tom Waits como fondo musical.

¿Cómo surgió la idea esta nueva novela?

A la hora de escribir novelas, siempre parto de una imagen. Tengo que ver muy claramente esa imagen en mi cabeza para empezar a desarrollar la historia. Y tiene que ser una imagen que contenga algunas incógnitas. En este caso, vi en mi cabeza a una mujer en un taxi, a primera hora de la mañana de un domingo. Ahí comenzaron las preguntas: ¿De dónde viene? ¿Hacia dónde va? ¿Se va a dormir o se acaba de levantar? Así empecé el primer capítulo y así comenzó la historia.

De su anterior libro, Mujer en el bar, un grupo de relatos que conformaban un mosaico humano y que en cierta medida, como apuntaron la periodista Toni Rodero y la escritora Lola López Mondéjar, podía ser también una especie de novela construida a base de fragmentos de esas vidas, la actriz Maribel Verdú escribió: “Estos relatos me han fascinado. No solo por lo que cuenta sino por cómo lo cuenta. Qué sensibilidad y conocimiento del alma femenina”.Aquí tenemos otra protagonista femenina.

A la hora de escribir novelas siempre parto de una imagen y tiene que ser una imagen que contenga algunas incógnitas

Como digo, la idea partió de una imagen: la mujer en el taxi. Y sí, se trataba de otra mujer. Una mujer, a punto de cumplir 50 años, con un pasado a sus espaldas, el de esa  noche en la que transcurre la novela (la novela es un largo flashback) y el suyo propio. Como todo el mundo lo tiene al acercarse a esa edad. Es natural. Respecto a las protagonistas femeninas, me siento bien narrando sus vidas, dándoles voz. Me crie en una casa llena de mujeres, tengo muchas amigas, me siento cómodo entre mujeres. Creo que las entiendo y ellas a mí también.

¿Hay mucho de usted en el personaje de Julia Aguado?

No, no demasiado. Cuando escribo diarios u otro tipo de textos no tengo ningún problema en hablar de mí, como en El tiempo que vendrá, mi primera novela. Cuando escribo ficción, como es el caso, prefiero que los personajes tengan su propia vida. Dicho esto, es normal que todo personaje tenga algo del autor. Las inquietudes culturales, la visión de una ciudad que conoció mejores épocas… Sí, esas cosas nos unen. No obstante, Julia es una mujer más fría que yo. Creo, por otro lado, que tenía que serlo dado uno de los temas que aborda. Esa petición que le hace la mujer a la que cuida, Milagros Martín, de acabar con su vida. Se necesitaba cierta frialdad para plantearse esa cuestión, ayudar a esa mujer en ese trance. Planteárselo, al menos, como digo. Para conocer el desenlace hay que leer la novela, claro.

La eutanasia, por tanto, es uno de los temas del libro. ¿Cómo se afronta este dilema?

Julia queda descolocada, como es natural, ante esa petición. Y en esa larga noche, al hilo de tan tremenda petición, repasa lo que fue su vida hasta ese momento. Es casi un acto reflejo para no estar pensando constantemente sobre ese tema que se le plantea de golpe. Julia piensa, como yo también lo hago, que debe de haber una ley que regule estas situaciones, parece que pronto la tendremos disponible. Cada persona está en su derecho de decidir cuando la situación resulta ya insoportable.

Looking for the heart of Saturday night,  la mítica canción de Tom Waits es casi una constante a lo largo de la novela.

Respecto a las protagonistas femeninas, me siento bien narrando sus vidas, dándoles voz

Sí, es casi un hilo conductor. Una canción que Julia escuchó muchas veces a lo largo de su vida, sobre todo en su juventud, y la tiene muy presente durante esa noche. Define, en cierta manera, parte de aquel tiempo que ya se quedó atrás.

Hay un hombre enamorado de ella, pero Julia parece reacia a embarcarse en historias amorosas.

Julia está en una etapa de sosiego. Conoce lo bueno y también lo malo de vida, que no es poco. Y más que a una relación o al amor, a lo que aspira es a que esa serenidad tenga una continuidad. Sí, eso es a lo que aspira Julia Aguado a punto de cumplir los 50.

Mujeres y noches. Seguro que el cine y el teatro, tan presentes en algunas de sus obras, funcionan como referentes.

Sí, claro. Aunque no quieras o no pienses en ello durante la escritura, todos los referentes están en tu cabeza. Dos muy claros. Dos personajes femeninos magistrales cuyas particulares historias transcurren en una sola noche. La Gena Rowlands de Opening night y la Lola Herrera de Cinco horas con Mario. Y la Lola Herrera también de Función de noche. Esa mujer mirándose en el espejo, sin miramientos, sin maquillajes. Cara a cara con su dolor. Las influencias están dentro de nosotros. Es inevitable.

Cine y teatro. ¿Considera que su novela podría adaptarse al cine o al teatro?

En el libro hay material para una obra de teatro o una película

Perfectamente. Mientras escribía la historia no pensaba en ello, claro. Sólo estaba centrado en escribir la página siguiente y en hacerlo, buscando la palabra adecuada, de la mejor manera posible. Después, con la novela ya publicada, lo vi claramente. Hay material para una obra de teatro o una película. Y también muchos lectores y lectoras me escriben para decírmelo. Sólo necesitamos un productor. Lo más complicado, me temo.

Y para finalizar, un poco de poesía. Ha quedado dos veces finalista del Premio Internacional de Poesía Jovellanos. ¿Habrá pronto un libro de poemas?

No. Ese libro va haciéndose poco a poco. No hay prisa. Lo próximo, si todo sigue su curso, será un nuevo libro de relatos, el tercero tras Corrientes de amor y  Mujer en el bar.

 

(16 de febrero de 2021)

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Sobre el autor

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