Stendhal, Henry Beyle: Diario, vol. 2.º (1805)

Diario, vol. 2.º (1805)

Henry Beyle Stendhal

KRK

389 págs.

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Teniendo en cuenta que en enero de 1805 Henri Beyle cumplía 22 años, impresiona su personalidad en constante ebullición: baste citar la gran cantidad de sus lecturas (de filosofía, novela, teatro clásico y contemporáneo), su asistencia a las clases de interpretación impartidas por el actor Dugazon, además de su asistencia muy asidua a las funciones del Teatro Francés. Y esa febril actividad, desarrollada siempre con carencias financieras, no le resta tiempo para frecuentar a gentes de la farándula, amigos, amoríos, celos, fiestas y algún que otro viaje.

Ya desde años anteriores, al final de cada jornada sentirá Beyle la necesidad de plasmar sus vivencias por escrito: «no quiero acostarme sin escribir». El Diario será la herramienta que le permita comprenderse y comprender a los demás con el único fin de obtener éxito en sociedad —sobre todo ante las mujeres— así como en el mundo literario. Unas veces intentará describirlo todo («El momento en que estoy, al comenzar este diario, es tal vez el más feliz de mi vida. Las clases de Dugazon, mi amor por Mélanie, y tal vez el suyo por mí, constituyen mi felicidad»); otras preferirá no hacerlo («Dejo de describir porque he observado que esto arruina mis recuerdos, esta agradable parte de mi vida»).

En determinado momento nos hará esta advertencia: «Este cuaderno no está hecho más que para mí. Ruego al que lo encuentre que no lo lea (…) en nombre del aburrimiento inevitable que le procuraría». Afortunadamente, la posteridad no ha prestado oídos a su recomendación y razones no han faltado para ello: por encima de lo que cuenta y por debajo de lo que sugiere, se adivinan muchos matices que serán recurrentes en su futura personalidad tanto humana como literaria.

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Sobre el autor

Red de Bibliotecas Públicas del Pdo. de Asturias