The artist

The artist

Michel Hazanavicius

Cameo, 2012

///

Sinopsis:

Hollywood, 1927. George Valentin (Jean Dujardin) es una estrella del cine mudo al que todo le sonríe. La llegada del cine sonoro marca el final de su carrera y lo lleva a caer en el olvido. Pero la joven extra Peppy Miller (Bérénice Béjo) empieza a ser propulsada hacia el firmamento de las estrellas. The artist cuenta la historia de estos dos destinos entrelazados.

 

Comentario:

Es difícil convencer al espectador hoy en día para que gaste su dinero en una película de estas características. Casi dos horas de cine mudo y en blanco y negro. Pero merece la pena. Y mucho. Creo que debemos estar agradecidos por todos los avances que han supuesto las técnicas cinematográficas desde los años veinte del pasado siglo. Terminando por el 3D (correctamente manejado) y comenzando por el paso del cine mudo al sonoro. Pero tampoco podemos olvidar que, precisamente, cada carencia era suplida por aquellos artesanos de los inicios con una gran dosis de maestría que la película The Artist viene a homenajear. Gente como Griffith, Murnau o Chaplin sabían que ese teórico hándicap tenía que ser cubierto por un inmenso cuidado en la planificación y fotografía de cada plano (de tal forma que ese plano tenía que hablar más allá de los movimientos de labios de los personajes), y que los actores tenían que dotar de más expresividad a sus gestos, expresiones y miradas. Esas virtudes, que se han perdido (aunque sustituidas por otras) en el cine moderno, se encuentran, como en un tesoro oculto muchas décadas atrás que desenterráramos hoy en día, en esta película dirigida por Michael Hazanavicious (recordemos, y eso hace más sorprendente el cambio de registro, que la película más destacada de su filmografía es OSS 117, una parodia del cine de James Bond).

La película es una espléndida crónica, con una pasión que se contagia al espectador, del paso al cine sonoro, y las dificultades de adaptación de las estrellas del cine sonoro que ven, como de pronto, todas sus técnicas de interpretación ya no sirven para nada, encontrándose, además, con la presión de las nuevas estrellas emergentes que les van quitando el sitio. Este planteamiento, que guarda puntos de semejanza con el clásico Cantando bajo la lluvia es perfectamente transmitido por las imágenes sin diálogos de la cinta, y, por supuesto, por una extraordinaria actuación, que le valió de hecho el premio del pasado Cannes a la mejor interpretación masculina, del actor galo Jean Dujardin. Es encomiable especialmente la capacidad camaleónica del intérprete (que además de dar vida al mismísimo Lucky Lucke, tiene un papel pequeño y fundamental en el éxito Pequeñas mentiras sin importancia) para meterse en la piel de George Valentine, y que sea creíble en todo momento. Una magnífica película que contagia positivismo y que reivindica el amor por el cine. ¿Se puede pedir más? Pasen y vean, por favor, sin miedo.

 

Javier Lacomba Tamarit en www.elmulticine.com

Otros artículos en esta sección...

Compartir

Sobre el autor

Red de Bibliotecas Públicas del Pdo. de Asturias