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Carme Riera en el XII Encuentro de Clubes de Lectura

El sábado 27 de abril se celebró el XII Encuentro de Clubes de Lectura de las Bibliotecas Públicas de Asturias, organizado por el Grupo de Trabajo de Animación a la Lectura con la colaboración de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Navia, la Asociación de Librerías de Asturias y la compañía Penguin Random House. La cita fue a las 11:00 horas de la mañana en el Blanco Hotel Spa de Navia.

Unos 520 lectoras y lectores procedentes de los clubes de lectura de las bibliotecas de Allande, Avilés, Cangas del Narcea, Carreño, Castrillón, Castropol, Coaña, Colunga, El Franco, Gijón, Grado, Langreo, Llanera, Mieres, Muros del Nalón, Navia, Noreña, Oviedo, Pravia, Quirós, Ribadesella, Ribera de Arriba, Sariego, Siero, Sobrescobio, Taramundi y Valdés se reunieron para escuchar a una escritora española, guionista, ensayista y profesora Carme Riera. En esta ocasión los asistentes portaban un marcapáginas conmemorativo con el mar como protagonista diseñado por Marta Fermín.

Presentó el evento la coordinadora del Grupo de Trabajo de Animación a la Lectura, Cristina Jerez Prado dando las gracias al Ayuntamiento por su esfuerzo y calificando el encuentro como una fiesta de la lectura y Ana Isabel Fernández García, Alcaldesa de Navia, dio la bienvenida a los asistentes, agradeció que se hubiera elegido ese concejo para la realización del acto y animó a los presentes a asistiré a la Feria del libro, que tendrá lugar el próximo fin de semana.

A continuación Carmen Luisa Martínez Suárez, responsable de la biblioteca de Navia, fue la encargada de presentar a la prolífica y premiada escritora.

Carme Riera es escritora y catedrática de Literatura Española de la Universidad Autónoma de Barcelona, directora de la Cátedra José Agustín Goytisolo de la misma universidad, miembro de número de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona y ocupa la silla “n” en la Real Academia Española. Publicó en 1975 su primer libro, la recopilación de cuentos Te deix, amor, la mar com a penyora y dos año más tarde Pongo las gaviotas por testigo.

Ha publicado novelas como Dins el darrer blau (En el último azul, 1995 y 2019), galardonada con los premios Nacional de Narrativa, Josep Pla, Joan Crexells, Lletra d’Or y Vittorini a la mejor novela extranjera publicada en Italia en el año 2000; Cap al cel obert (Por el cielo y más allá, 2000), Premio Crítica Serra d’Or; La meitat de l’ànima (La mitad del alma, 2005), Premio Sant Jordi 2003; L’estiu de l’anglès (El verano del inglés, 2006); El hotel de los cuentos y otros relatos de neuróticos (2008), Natura quasi morta (Naturaleza casi muerta, 2012), Les darreres paraules (Las últimas palabras, 2017), galardonada con el premio BBVA Sant Joan 2016, Venjaré la teva mort (Vengaré tu muerte, 2018) y recientemente Una sombra blanca (2024).

Su obra ha sido traducida al inglés, alemán, italiano, portugués, ruso, griego, holandés, rumano, hebreo, turco, croata y eslovaco. En 2001 recibió el Premio Nacional de Cultura de la Generalitat de Catalunya, y en 2015 el Premio Nacional de las Letras.

La autora comenzó su intervención dando las gracias a los lectores y lectoras por su asistencia y manifestando la ilusión por estar con todos ellos. Descubrió la lectura de la mano de su padre cuando con ocho años “me leyó por primera vez” la Sonatina de Ruben Darío, en ese momento no sabía leer. A partir de aquel día decidió esforzarse para poder leer por sí misma y hacerlo a escondidas, como obras como Sonata de Otoño de Valle Inclán, que no entendía pero que le inculcaron para siempre el “virus de la lectura”.

Manifestó que escribe lo que “le pasa por mi cabeza”, pero defiende que la literatura debe tratar temas que entretengan, pero que aporten algo más. Algunos libros le han cambiado la vida, le han ayudado a entender el mundo. En los libros está todo y “las palabras tienen alas”.

Los cuentos narrados por su abuela en la infancia le han llevado a su última novela Una sombra blanca, cuya cuestión principal es el retorno de alguien que clínicamente está muerto, pero que tiene una experiencia de regreso para cerrar una cuestión pendiente. ¿Qué pasa después de la muerte? ¿A dónde vamos? “Si eres católico lo tienes muy claro, si dudas lo tienes menos claro”. La protagonista llega al pueblo de Fosclluc donde Riera inventa la “leyenda de los Diosa Blanca” que contiene algunas de las claves de la novela. “Hemos destrozado y profanado la naturaleza” y, “aunque los humanos somos parte de ella, nos hemos convertido en asesinos del paisaje”.

A continuación comenzó el turno de los asistentes y señalamos algunas de las respuestas a las cuestiones planteadas:

“Es un lujo contar con dos lenguas, el catalán y el castellano”, la escritora afirmó que en su última novela trabajó con dos portátiles, escribiendo en uno y en otro, indistintamente. Al principio le traducían su obra, pero dejó de hacerlo para “no enemistarse con su traductora y amiga”.

Cada novela “es un nuevo reto”. La primera novela histórica En el último azul recreó la tragedia real de los judíos mallorquines quemados en la hoguera a finales del siglo XVI, La autora recordó como en el colegio las niñas se reían de las compañeras que tenían apellidos judíos y la sentencia del Tribunal Supremo aprobando el cambio de apellido solicitado por una mallorquina para borrar esa huella de su linaje. Durante cinco años buceó en los archivos para “levantar en pie a las personas que aparecen en los documentos”.

En Naturaleza casi muerta, su primera incursión en la novela negra, que relata una serie de crímenes que se suceden en la Universidad Autónoma, se pasó dos años leyendo obras de este género literario y reconoció su admiración por Donna Leon.

Tanto en la novela histórica como en la novela negra los lectores “me merecen un gran respeto y, por ello, antes de escribir, trato de documentarme bien”.

En cuanto a la función social de la literatura manifestó que se conforma con entretener, pero si puede ayudar algo mucho mejor. “Me encantaría poder cambiar el mundo”, pero con los años cada vez más consciente de lo difícil que es.

Explicó su labor en la Real Academia Española, formada por 11 mujeres de un total de 46,  la aceptación de palabras, con gran cantidad de tecnicismos y anglicismos, para que entren a formar parte del Diccionario, con un gran trabajo de documentación de sus usos y menciones. Hizo referencia a la letra que ocupa “n” que en su momento pensó “n, de no, de nada”.

A la pregunta de qué obra se siente más orgullosa dijo que tal vez de Por el cielo y más allá, que se desarrolla en la Cuba española de mediados del siglo XIX. Al visitar la isla para hablar sobre esta novela “releí la obra y pensé que no está mal”.

Sobre su autor predilecto no tuvo ninguna duda, Cervantes y su novela El Quijote. Su lección maravillosa sobre “las cosas no son ni blancas, ni negras, tienen muchos matices grises” y otra enseñanza es la ironía “es fundamental tomar las cosa con ironía”. Relectora continuada de esta obra es “la que más cosas me ha aportado a la hora de escribir”.

En referencia al lenguaje inclusivo planteó que es un tema que “nos viene de fuera”, especialmente de Estados Unidos, Argentina o México. Se trata más de un asunto político y que hay muchos aspectos que hay que tener en cuenta. “Me interesa más el sueldo inclusivo que el lenguajes inclusivo”. La lengua siempre tiende a la economía de las palabras, “el reiterativo absoluto no lo entiendo”.

En su papel de docente, primero como catedrática de Instituto y luego de Universidad, recordó que ha intentado enseñar literatura y algo más, que los estudiantes pudieran acceder al mundo a través de “las ventanas que son los libros”. Destacó el pesar de que ningún gobierno haya sido capaz de pactar una ley de enseñanza. Recientemente ha firmado un manifiesto a favor de la lectura, intentando que ésta y la literatura estén en los planes de estudio.

Habló sobre la Inteligencia Artificial, la necesidad de la creación de un código ético y el arduo trabajo de las editoriales para detener el uso abusivo de las tecnológicas sobre producciones y contenidos que tienen derecho de autor.

Le preocupa que lo emblemático de nuestro país sea el futbol, antes era la literatura y los grandes literatos, como Cervantes en España o Dante en Italia. Ahora lo que une es “La Roja, el fútbol”.

Por último, dio un consejo para fomentar la lectura entre los jóvenes “no se puede dar a un niño de 12 años La Celestina, es un disparate, es mejor que lea algo que le interese”.

 

(29 de abril de 2024)

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Sobre el autor

Red de Bibliotecas Públicas del Pdo. de Asturias