Cristina Fernández Cubas en el VIII Encuentro de Clubes de Lectura

El sábado 2 de junio se celebró el VIII Encuentro de Clubes de Lectura de las Bibliotecas Públicas de Asturias, organizado por el Grupo de Trabajo de Animación a la Lectura en colaboración con el Ayuntamiento de Quirós y la Asociación de Librerías de Asturias. La cita fue a las 11:30 horas de la mañana en el Museo Etnográfico de Quirós.

Aproximadamente quinientos lectoras y lectores procedentes de los clubes de lectura de las bibliotecas de Avilés, Candamo, Cangas del Narcea, Carreño, Castrillón, Colunga, Degaña, Gijón, Grado, Langreo, Las Regueras, Llanera, Mieres, Morcín, Navia, Noreña, Oviedo, Pravia, Quirós, Ribera de Arriba, Siero, Sobrescobio y Valdés se reunieron para conversar con la escritora y periodista Cristina Fernández Cubas, maestra del relato breve. En esta ocasión los asistentes portaban un marcapáginas con la imagen ganadora del I Concurso de Fotografía “Rincones de Quirós” organizado por el Ayuntamiento y el Museo Etnográfico de Quirós.

Presentó el evento la coordinadora del Grupo de Trabajo de Animación a la Lectura, Cristina Jerez dando las gracias al Ayuntamiento y destacando el papel fundamental de las bibliotecas públicas. Rafael Gutiérrez Testón, presidente de la Asociación de Librerías, reivindicó la calidad del mundo del libro en Asturias, la importancia de la Red de Bibliotecas Públicas y la necesidad de que llegue a la sociedad el valor de la lectura. Ovidio García García, Alcalde de Quirós, dio la bienvenida a los participantes haciendo mención al enclave donde se celebraba el acto, de larga tradición industrial. Asimismo Margarita Prieto, responsable de la biblioteca “San Melchor de Quirós” fue la encargada de presentar a la autora que la definió como “cuentista y de las buenas”.

Cristina Fernández Cubas estudió Derecho y Periodismo. En 1980 publicó su primer volumen de cuentos, Mi hermana Elba, en 1980, al que le han seguido Los altillos de Brumal (1983), El ángulo del horror (1990), Con Ágatha en Estambul (1994), Parientes pobres del diablo (2006, Premio Setenil del mismo año). En 2009, su recopilación Todos los cuentos recibió los premios Ciudad de Barcelona, Salambó, Qwerty y Tormenta,​ entre otros. Es también autora de novelas El año de Gracia y El columpio, una obra de teatro Hermanas de sangre y un libro de memorias narradas, Cosas que ya no existen (Premio NH Hoteles para Cuentos, 2001). En 2013 utilizó el seudónimo de Fernanda Kubbs para su novela La puerta entreabierta. En 2016 le fue concedido el Premio Nacional de Narrativa y el Premio de la Crítica 2015 por su libro de relatos La habitación de Nona.

La escritora agradeció las palabras de bienvenida y expresó la emoción sentida a su llegada al Concejo, impresionada por el protagonismo de la naturaleza cargada de verdes que se hacía más evidente en una atmosfera marcada por el gris, contraponiéndose al amanecer del día siguiente que fue un “encuentro con la luz y los lectores”.

Introdujo la charla hablando del cuento, un género que califica de tiránico y que no ha tenido mucha tradición en España pero a ella “siempre le ha fascinado como escritora y como lectora”, por el esfuerzo que impone a la hora de escribir puesto que cualquier frase desafortunada arruina la narración.

Expresó la importancia de la cotidianidad, la verosimilitud y la oralidad en su obra. Resaltando el papel que en su infancia tuvo su niñera Totó, que todas las noches relataba historias siempre truculentas, llenas de fantasía y  que generalmente “acababan en punta”, provocándole un interés por lo desconocido y misterioso.

la importancia de la cotidianidad, la verosimilitud y la oralidad en su obra

Hizo referencia a la importancia de lo autobiográfico en su obra. Así en Cosas que ya no existen, un libro de memorias fragmentadas que surgió de un impulso inicial para expresar la historia del luto en una época que se vivía como una situación tremenda, “estábamos prisioneras en nuestra casa” y a medida que escribía estas vivencias, un capítulo me llevaba a otro, y el último, recordando a mi hermana fallecida, me devolvió “al punto que este hecho merece en mi memoria”.

Interrogada sobre cómo se gestiona un libro de relatos indicó que cada cuento es independiente pero todos tienen un guiño, una ventana abierta por la que se cuela una corriente de aire. A veces es imposible un orden, pero esto es el misterio que rodea al género. Un buen cuento debe tener economía de todo (personajes, etc.), tiene que estar bien escrito “odio el lenguaje rebuscado que se convierte en un alarde” y que la historia “vaya más allá del punto final”. Manifestó que no le preocupa el papel en blanco, “escribo sobre lo que tengo ganas, sobre la diferencia, venga de donde venga, lo que se sale de la norma”. De alguna manera el relato “es como una revancha que tomo cuando no puedo solucionar el problema”. Para ella el lector de cuentos es un lector activo, es una propuesta de viaje pues en el camino suceden muchas cosas y “quiero que el lector me acompañe”.

el lector de cuentos es un lector activo y quiero que me acompañe

Mencionó algunos de sus escritores favoritos, entre los que se encuentran Ignacio Martínez Pisón, Ricardo Menéndez Salmón, Patricia Esteban Erlés, Mercedes Abad y Enrique Vila-Matas, y también la importancia de algunos premios literarios, como el Mandarache/Hache por la singularidad del jurado, el más grande del mundo compuesto por 5.000 jóvenes de los institutos de Cartagena que discuten sobre libros durante todo un año. Como se ve la buena literatura no tiene edad.

Finalmente se puso de relieve el poder de los gestos y la expresividad oral de la escritora, y se agradeció su participación en este acto.

A continuación Cristina Fernández Cubas firmó ejemplares, participó en la comida y sesión fotográfica con los integrantes de los clubes de lectura.

Fotografías: Mónica Vega y Ana Zarabozo

(4 de junio de 2018)

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Sobre el autor

Red de Bibliotecas Públicas del Pdo. de Asturias