La Biblioteca y Papeles de Alfonso Camín

 

El pasado 12 de diciembre se cumplía el trigésimo aniversario de la muerte del poeta gijonés Alfonso Camín, uno de los escritores más prolíficos del Principado. En torno a esta efeméride se están celebrando por toda Asturias distintos actos de conmemoración que sin duda servirán para rescatar del olvido la figura de Camín, que nunca logró su justo reconocimiento.

Biblioasturias se une a estas celebraciones mostrando a sus lectores su legado, que alberga con mimo la Biblioteca de Asturias “Ramón Pérez de Ayala”. Allí podemos encontrarnos, además de 87 ejemplares de la obra del poeta de Roces, las colecciones de las revistas en las que colaboró, así como manuscritos, esbozos, recortes de prensa y toda clase de materiales que le resultaban de utilidad en los distintos proyectos literarios que iba abordando.

 

 

El olvido y la pobreza fueron apagando, como el viento suave sobre una vela, los últimos años de la vida de Alfonso Camín en Gijón, con la única compañía de su mujer. La oscuridad del olvido fue rodeando a unos de los poetas asturianos más prolíficos. Y ahora, 30 años después de su muerte, se intenta encender de nuevo su figura.

Camín (1890-1982) abandonó a los quince años su Roces natal para embarcarse a La Habana, sumándose a la lista interminable de emigrantes nostálgicos. Fue precisamente esta nostalgia la que llenó sus libretas de poemas recordando a su patria perdida, como en Retorno a la tierra (Cuando retorno a la quintana/ pienso en lo que fui y en lo que soy./Recorro la altiva cumbre,/ el farallón inmenso/el peñascal de donde salta/el chorro fuerte del manantial./El humo denso del horno familiar/El abejorro en los castaños/El maíz suspenso de la panera en la heredada/El corro de mozas en el baile y en la fuente/El roble hermano que al terrón se aferra/y me interrogo inexorablemente:/Si soy el roble con el viento en guerra/¿cómo viví con la raíz ausente?/ ¿cómo se puede florecer sin tierra?). Camín se convirtió así en la voz de los asturianos de principios de siglo que se vieron obligados a emigrar. Había llegado a Cuba casi sin formación para trabajar en comercios y negocios de asturianos. El gijonés fue un autodidacta incansable que nunca dejó de escribir y estudiar a la vez que trabajaba para ganarse un jornal. Sus esfuerzos se vieron rápidamente recompensados, y pronto llegó a convertirse en redactor de La noche y otros periódicos cubanos.

Durante la I Guerra Mundial el Diario de la Marina le envió como corresponsal a España, donde empezó a darse a conocer. Tras la guerra, volvió a Cuba y siguió publicando incansablemente, notándose en su poesía la influencia del modernismo de Rubén Darío, Rueda y Lugones.

Sus primeros versos negros se publicaron en La Habana en 1925. Dueño de un lirismo fluido, de verso colorista y musical, Camín está considerado como uno de los precursores de la poesía afroantillana, de la que más tarde Nicolás Guillén sería su máximo representante. La función de esta poesía es redescubrir al negro dentro de su circunstancia americana; aspira a recoger ritmos y temas del folclore popular, casi siempre exagerándolos, y se sirve, en muchos casos, del juego libre de la poesía pura, y de la imagen infantil cercana al disparate lírico.

Camín, que tuvo una vida a veces turbulenta y agitada, se trasladó a México debido a una de sus deudas con la justicia por agresión. Siguen a esto otros desplazamientos por España y Cuba, en una incesante actividad periodística y literaria. Finalmente regresó a Gijón (la ciudad que sirvió de inspiración a gran parte de su obra) en 1967. Falleció en 1982, asolado por las deudas, un año después de haber sido nombrado “Hijo predilecto de Asturias”.

 

El legado de Camín

De los 92 años de su vida, Alfonso Camín se pasó más de cincuenta editando sin apenas interrupción. Quedó mucho por publicar porque Camín, poeta, novelista y ensayista, vivió para escribir. Como la de todo autor prolífico, su obra es desigual, pero sus logros alcanzan un gran nivel literario. A su muerte, dejó al Principado de Asturias su biblioteca personal y sus papeles, reflejo de su vida aventurera, pero caracterizada por el recuerdo constante de su tierra. La Consejería de Cultura encargó al profesor Antonio Fernández Fernández la catalogación de la colección recibida. Este catálogo se publicó en 1987, y en él se encuentra una detallada descripción de esta colección. Desde entonces la colección se conserva en la Biblioteca de Asturias “Ramón Pérez de Ayala”.

No se trata de un fondo voluminoso, pero sí muy interesante, no solo por contener algunas ediciones hoy muy raras de las obras de Camín, sino por incluir una colección de papeles del autor que dan cuenta de su proceso de creación.

En ella se encuentra un ejemplar de cada uno de los títulos publicados por Camín y de las reediciones que algunos de ellos tuvieron, conservados por el autor con cuidado, lo que queda demostrado porque los más antiguos fueron encuadernados por encuadernadores habaneros y mexicanos. Son un total de 87 ejemplares correspondientes a 68 títulos diferentes.

Una de las grandes joyas de la colección son los 211 números de la revista Norte, fundada y dirigida por Camín, un fondo de valor literario pero también documental para conocer la vida de Cuba y México desde 1929. Es una colección casi completa, ya que solamente faltan números anteriores al 50 (la época en que se publicó en Madrid) y posteriores al 217 (época en que Camín abandona la dirección de la revista para, ya enfermo, encaminarse a su tierra natal).

Otra de las revistas representada en el legado de Alfonso Camín es Ambos mundos, de la que la Biblioteca conserva seis números encuadernados en tomo único.

Las revistas están llenas de colaboraciones del propio Camín, que utilizó gran cantidad de seudónimos para este fin. También contó con colaboraciones de amigos, en su mayor parte autores olvidados hoy, pero también esporádicamente contó con plumas de autores como Luis Astrana Marín, Gastón Baquero…

Además de los ejemplares de sus obras publicadas y de las revistas reseñadas, el legado consta de 21 “bolsas de archivo”, como las denominó Antonio Fernández Fernández en su catálogo, que integran un material manuscrito muy diverso, que está compuesto por notas, esbozos, recortes de prensa y toda clase de materiales que le resultaban de utilidad en los distintos proyectos literarios que iba abordando. En algunos casos, se conservan los manuscritos de libros publicados y en otros los materiales preliminares y esbozos de otros, de los que son ejemplo los títulos Entre nopales y Entre madroños, parte de sus memorias (las relativas a las estancias en México y Madrid) que iban a completar, con Entre manzanos y Entre palmeras la autobiografía de Camín.

La Biblioteca de Asturias “Ramón Pérez de Ayala” contiene así este valioso legado digno de darse a conocer, una “colección a descubrir” que reúne el sentimiento de una generación de asturianos y la historia de casi un siglo.

 

(19 de diciembre de 2012)

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Sobre el autor

Red de Bibliotecas Públicas del Pdo. de Asturias