Rosa Regás: “Ellos se lo pierden”

La escritora y actual directora de la Biblioteca Nacional de España acaba de compartir un encuentro literario con las componentes de los Talleres de Lectura de las Bibliotecas Municipales de Gijón en el que analizaron su novela Luna Lunera. Su obra ha sido reconocida con un buen número de premios literarios, desde el Nadal de 1994, por Azul, hasta el Planeta de 2001 por La canción de Dorotea. Mujer comprometida, vitalista, optimista e infatigable, es una de las autoras de más prestigio en el panorama literario actual.

 

¿Qué siente una escritora al dirigirse a un salón de actos repleto de lectores de su obra?

Te produce una gran satisfacción. Es como si tomaran cuerpo aquellos lectores sin rostro para los que normalmente se escribe.

Estos Talleres de Lectura son una de las actividades que más éxito están teniendo en el fomento de la lectura para adultos desde nuestras bibliotecas, ¿cuál es su impresión sobre ella?

A mí me parecen muy bien. Yo creo que cuantas más cosas se hagan para que la gente se acerque a los libros tanto mejor. Además, me parece un buen síntoma que a la gente les gusten, quiere decir que sirven de algo.

Curiosamente he tenido que dirigirme a las componentes de los talleres o clubs de lectura utilizando el género femenino, ya que la inmensa mayoría de las participantes en estas actividades son mujeres, …¿cree que la literatura entiende de género o son otros los motivos?

Es que los hombres son muy importantes, ¿usted no se da cuenta de esto?. Es que los pobres tienen mucho trabajo, tienen cada día un partido de fútbol, tienen que ver la repetición de la jugada, luego tienen que ver la última hora de los deportes en la televisión, se tienen que enterar de que el presidente de tal club ha dimitido, al día siguiente pierden una hora, hora y media o dos, leyendo la prensa deportiva, y finalmente tienen que tomar una caña con los amigos para comentar la jugada del día anterior, por lo tanto son por lo menos cuatro o cinco horas que pierden al día… Es natural, tenemos que ser comprensivas, no les queda tiempo para leer nada más.

La literatura no entiende de géneros, la literatura es literatura. Otra cosa es que haya géneros que les gusten más a unos o a otros, pero esto no depende de su naturaleza, depende de su educación, de la tradición en que han sido educados unos y otros. Los hombres han sido educados para mandar y para demostrar lo guapos que son y las mujeres han sido educadas para ser sumisas y tener siempre un poquito de remordimiento. Por eso todo lo que hace una mujer le cuesta un esfuerzo bastante más grande, porque tiene que vencer esas resistencias. Pero cuando lo consigue también tiene el doble de satisfacción por que ha vencido una resistencia de siglos.

Las Bibliotecas Públicas mantienen un importante trabajo en la dinamización de la lectura infantil, pese a ello, los resultados nunca llegan a ser los deseados, ¿hay otras formas de estimular el hábito lector?

Sí, claro. La recuperación de las bibliotecas, que tuvo lugar sobre todo en los primeros años de la democracia ayuda muchísimo a la lectura, pero lo que ayudaría más es que leyeran los padres. Yo creo que si un niño llega a su casa y se encuentra con que los padres no leen, pues tiene muchas posibilidades de dejar la lectura; no quiere decir que todos la dejen, pero el ambiente de la lectura propicia la lectura. De la misma manera que si en una casa los padres chillan los niños acabarán chillando, que si los padres son sucios los niños serán sucios, si los padres son limpios los niños serán limpios. La educación que se vive en la familia, la educación de la vida cotidiana, es muy importante.

Los últimos informes de hábitos de lectura nos dicen que prácticamente el 50% de la población española nunca lee un libro, ¿cuál es su impresión al respecto?

Que ellos se lo pierden. Se quedan más planos, no desarrollan las facultades mentales tanto como los demás, desarrollarán quizás más los músculos del cuerpo… Ellos se pierden una de las diversiones más grandes que hay. Pues mala suerte.

Igualmente, esos informes reflejan que más de un 70% de nuestros conciudadanos no han ido a ninguna biblioteca en el último año, ¿Cuáles cree que son las posibles causas de ello?

Pues que España es un país muy inculto, y cuesta mucho entrar en el camino de la cultura. Llevamos cerca de 30 años de democracia y apenas la misma cantidad de escuelas públicas, y claro: las escuelas privadas los valores que enseñan son otros, la religión, la moral… esas cosas. Nos falta muchísimo para tener el nivel cultural de los demás países de Europa.

“Nosotros estamos, como en todos los aspectos culturales, un poco por debajo de los demás países de Europa”

Sin embargo, usted ha conseguido invertir tendencias en el corto espacio de tiempo que lleva al frente de la Biblioteca Nacional. Históricamente ha estado dedicada casi en exclusiva a la investigación y conservación y ahora se abre al usuario, tras un esfuerzo personal encomiable. ¿Tiene usted cifras que le corroboren sí este es el camino a seguir? No, no tengo cifras que me permitan saber si ha aumentado la cantidad de gente que viene a la Biblioteca Nacional. Yo no soy muy partidaria de las cifras en este sentido, yo creo que procurar que la gente vaya a las bibliotecas y que la biblioteca forme parte de su vida cotidiana es un trabajo muy arduo. Que vayan un día es natural, pero que esto forme parte de su vida, que le vean no la necesidad, sino el gusto, el placer, …nos va a costar bastante tiempo. Pero no se trata de hacer las cosas en un día, cada uno tiene que poner su pequeño grano de arena, no?

Su Biblioteca cuenta con una importante oferta cultural con encuentros literarios con escritores, exposiciones como Biblioteca en Guerra o las recientes Volad canciones, volad y Los grabados de Rembrandt. ¿Aboga por un nuevo papel para las Bibliotecas, relacionado con esta actividad cultural, que complemente el del de ser garante del acceso democrático a la información?

No, al menos en el caso de la Biblioteca Nacional. No es una biblioteca como las universitarias o las públicas de los pueblos o barrios. Digamos que no es fundamentalmente una biblioteca de préstamo, sino de investigación, por somera y por elemental que sea. Esto es lo que estamos haciendo nosotros, el objetivo primordial no es el que la gente venga a leer en ella.

Para el resto de bibliotecas, va a depender de los lugares en que se encuentren. Hay lugares donde ya hay muchos centros culturales y cada cual puede hacer su papel y en otros no los hay y las bibliotecas pueden y deben aprovechar sus salas para ello.

El puesto que ocupa le permite tener una perspectiva global del panorama de las Bibliotecas Públicas españolas y su comparación con las de otros países, ¿en qué punto estamos?

Nosotros estamos, como en todos los aspectos culturales, un poco por debajo de los demás países de Europa. Pero estamos intentando alcanzarlos, para lo cual asistimos a muchas reuniones internacionales, –a las que hasta ahora se había asistido muy poco–, y hacemos intercambios. Colaboramos con lo que tenemos pero también recabamos bastante información y bastantes programas que nos pueden ser útiles.

El estado de nuestras Bibliotecas depende directamente de la inversión que las distintas Administraciones destinen a ellas. En este sentido, ¿cree que algo está cambiando?

Sí, sí que está cambiando. Hace treinta años una biblioteca no recibía más que limosnas, y en cambio ahora tienen un presupuesto ya y recibe unos cuantos libros.

Si llegase la obligación del pago del canon por el préstamo estas inversiones, nunca suficientes, se verían mermadas…

Sí, por eso estoy en contra de este canon, lo que pasa es que estoy en contra ideológicamente. No sé si va a servir de mucho porque es una norma de la Unión Europea y seguro que la tendremos que aceptar.

En el Pdo. de Asturias la creación de Telecentros ha distanciado a las Bibliotecas de su papel de servidoras de la información en los nuevos soportes electrónicos, ¿cree acertada la creación de este tipo de centros o sus servicios deberían haberse integrado en las Bibliotecas existentes?

Cuantos más centros haya mejor, y ya se irán acomodando a las necesidades que vayan surgiendo. Leyes generales anticipadas nunca las he tenido. Yo creo, como el poeta, que se hace camino al andar, y que se pasa el río cuando se llega al puente.

Además de la Biblioteca Nacional, que ahora ocupa buena parte de su vida, recuerda alguna biblioteca que haya jugado un papel importante en su desarrollo como lectora?

Sí, la de mi abuelo. Era una biblioteca donde habían ido a parar las de mi padre, que se fue al exilio, la de mi madre, que también se fue al exilio, y las de tíos que habían sido fusilados por las tropas franquistas. Allí estaban todos los libros que yo leí en mi adolescencia.

Rosa Regás, en un encuentro con los Clubes de Lectura de la Red de Bibliotecas Municipales de Gijón

En el panorama literario actual, ¿qué libro le ha sorprendido?

Es muy difícil. Últimamente estoy pensando en el libro de Luisa Castro: La segunda mujer, que me ha gustado muchísimo. Me ha sorprendido porque es una manera de tratar el maltrato no solamente desde el punto de vista del maltratador, sino también desde el punto de vista de la mujer que lo recibe.

Si tuviese que recomendar un libro a un amigo, o nuestros usuarios, ¿cuál sería?

Yo no recomiendo libros. Cuando los recomiendo es por que estoy tan entusiasmada que los presto y nunca me los devuelven (ríe). Pero yo les diría que miraran editoriales como El Acantilado, Salamandra o algunas colecciones de Planeta y que allí encontrarían cada cuál sus gustos. Yo no puedo recomendar libros sin conocer las personas que los van a leer y cuáles son sus gustos.

Como lectora, qué esperas de un libro, qué le pides?

Que no me entren ganas de dejarlo.

No hemos hablado de su faceta de escritora… encuentra tiempo para ella?

No, no encuentro tiempo para escribir. Acabo de sacar un libro de cuentos, pero es una recopilación de los que he escrito en los últimos años. No tengo tiempo para escribir.

Usted ha conocido el mundo del libro desde todos las áreas posibles: editora, escritora, gestora-bibliotecaria, lectora… con cuál se quedaría?

Me quedaría con el de escritora. No sé, (duda) …escritora o lectora. Son las que más me gustan. Cuando escribo no leo, pero cuando no escribo leo, o sea que cuando no estoy en una estoy en otra.

 

(Publicado en Biblioasturias01)

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Sobre el autor

Red de Bibliotecas Públicas del Pdo. de Asturias